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#50 Los amigos que se quedaron en el camino

Podría escribir largo y tendido sobre ello. Podría explicar lo que supuso en su momento. Podría decir que en parte lo he superado. Podría enfocarlo de muchas maneras.
Pero procuro no mirar atrás demasiado y vivir mi presente viendo la gente que sí ha quedado, la que ha llegado, la que merece la pena.
En cierto modo leer sobre mis enfermedades me ayudó a entender que siempre habría gente que no iba a entender. Y una vez que, paso a paso, conocí mis síntomas, mis limitaciones, mis circunstancias... Pude recomponerme, perdonar y seguir adelante.
Eso no significa que no duela. Echo de menos a personas en mi vida.
Pero puedo dar gracias por todas las que han llegado después. Y las que con muchas dificultades han sabido, o no, estar a mi lado y ahí siguen.

Algunos amigos se desvanecieron como el hielo al sol


A veces hay que saber qué se le puede pedir a cada uno. Hay amigos que son para divertirse y reír, hay amigos que son para hablar y apoyarse, hay amigos que acaban mirando a otro lado pero lo intentan. Afortunadamente, de unos pocos se puede esperar un tanto de cada cosa en diferente medida.
Aún estoy aprendiendo y no siempre me es fácil decirles lo que siento y preciso. Como que si yo salgo poco de casa, no tengo mucho que contar y necesito que ellos me relaten sus cosas del día a día, que me abran una ventana al exterior para poder entornar por un momento mi puerta de síntomas, pruebas, médicos... pues soy la misma de siempre y a pesar de no poder hacer las mismas cosas de antes, me siguen gustando. Y sobretodo, sentir que el mundo sigue siendo normal al saber de ellos.
Algunos se quedaron en el camino porque no me entendían, porque estaban hartos de que cancelara planes, porque ya no sabían de qué hablar conmigo... o no sé, igual deberían decirlo ellos el porqué.
Pero también me aparté de otros. Porque solo te echaban mierda encima. Porque sólo miraban su ombligo. Porque no te hacían ningún bien. Porque siempre fuiste tú la que se movía y cuando no lo pudiste hacer, no están. Porque ni siquiera les dio para escribir un mensaje de ánimo si no contactabas tú primero. Porque las pocas energías que tengo las gasto ahora solo con quien me merece la pena.
Sí. Por muchos motivos. La lista es larga.

No negaré que algunas veces me siento sola. Aunque estés arropado, aunque te sientas querido, hay momentos de dolor y cansancio en que podrías estar rodeado de gente y sentirte tremendamente solo.
Sin embargo, en general, siento que están los que tienen que estar. Con sus virtudes y sus defectos. Pero con mucho cariño y respeto.
Las relaciones no son perfectas. Y aún así hemos superado tiempos difíciles. Y los que están por venir.
A todos ellos (y a mi familia. que ahora sí está a mi lado), les doy las gracias. Porque no siempre estuve a la altura de las circunstancias. Pero lo sigo intentando.

Imagen: Monumento Mínimo, 2012. Por Néle Azevedo
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6 comentarios :

  1. @Dremyan Muy bonito escrito, y tienes mucha razon: el mudno ahi afuera sigue siendo lo que nos gusta y lo que remos hacer, pero hay cosas que no podemos. Aun asì nos mantenemos unos a otros, a fin de animarnos y seguir adelante, porque ese es el camino. =D

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  2. Ufff... Siempre parece que me lees el pensamiento en cada post que escribes. Es verdad que es una entrada de hace más de dos años, pero cuando eso no te conocía ni a ti ni al blog, pero ahora te sigo y cada día te conozco un poco mejor, y tenemos tanto en común y sentimos tanto lo mismo. Es verdad que los amigos virtuales no tienen tanto que poder dar, sobre todo en sentido de calor humano que tanto necesitamos, y que es muy difícil entablar lo que yo llamo una "amistad" de verdad, porque seguramente igual que yo, necesitamos un abrazo, un café, un té con esa persona. Intimidad de sentimientos que es muy difícil entablar solo virtualmente, pero eres ya una persona muy especial dentro de mis "amigos" virtuales, por tu calidez y tu empatía, por tu apoyo y tu sinceridad, por tu interés y tu forma de tratar a otros, por todo eso y mucho más, gracias mi "virtual amiga", seguimos luchando desde la misma trinchera, desde un lugar donde hay pocas personas que son capaces de acercarse y quedarse, por lo menos el tiempo suficiente para volver a dicho lugar una y otra vez.

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    1. Gracias por tus palabras Dory. Me hacen mucha falta estos días.
      No sé qué haría sin mis amigos virtuales en estos momentos. Pero se echa en falta ese calor y contacto real del que hablas de los que estuvieron y no están; ni para mandar un mensaje con cualquier tontería o algo que les haya pasado (cosa que he hablado muchas veces con los que quedan). Un besazo.

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  3. No puedo reprochar que no esten a mi lado, cuando a veces no me aguanto ni yo! Aún así... Alguien está esperando que esté mejor para que me de cuenta que sigue a mi lado

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    1. Yo pienso que los amigos están a las duras y a las maduras. Para lo bueno está cualquiera.
      En cualquier caso un mensaje de vez en cuando creo que no cuesta tanto.

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Imagen diccionario: Dani Torrent